En este episodio, Sonia, Ana, Gemma y Xénia, cuatro mujeres que han acompañado a alguno de sus hijos en su proceso de trastorno mental, comparten lo que han vivido, lo que han aprendido y lo que les habría gustado saber desde el principio.
Hablan de cómo fue enfrentarse a la primera crisis, de la soledad, la falta de información, la culpa, el miedo, la relación con el sistema de salud mental, y también de todo lo que han ido descubriendo por el camino: la necesidad de informarse, de trabajar en una misma, de acompañar sin invadir, de poner límites sin desconectarse, y de no caer en el pozo oscuro del sufrimiento.
Una conversación sincera, sin discursos cerrados, que visibiliza el papel de las familias y la importancia de crear espacios de apoyo reales para quienes acompañan desde el vínculo más cercano.