Jaakko Seikkula, creador del Diálogo Abierto, desmonta el mito más tóxico de la psiquiatría: los trastornos mentales graves no tienen por qué ser crónicos.
Nadie está condenado a quedarse atrapado en un diagnóstico, aunque lleve 30 años en una institución psiquiátrica.
Lo que Seikkula ha visto en su práctica es esperanzador: incluso quienes parecen más aislados, más “rotos”, pueden volver a la vida.
No se trata de fórmulas mágicas, sino de conversaciones reales: con la familia, con los terapeutas, con el dolor que se ha quedado congelado. Hace falta escuchar de verdad para traducir lo que parece un delirio y que, en realidad, es un lenguaje cargado de significado.
Jaakko lanza un mensaje claro y contundente: si hay vínculo emocional con otras personas, hay futuro.
Nadie está perdido, lo que falta son espacios donde se permita hablar, llorar, recordar y reconstruir.






